jueves, 19 de mayo de 2016

Ser y dejar ser


“Tú eres mejor siendo tú mismo que alguien más.” Guillermo del Toro

Desde el punto de vista de muchas personas soy rara, una especie de bicho extraño que hace mucho se extinguió —estoy completamente segura que no es así—; según algunos no es normal que una persona le guste el silencio, la soledad y la calma. Pues bien, aquí estoy yo, amante de esas tres cosas y defensora absoluta de mi derecho a la individualidad.

Disfruto de un buen libro tanto como otros de una noche de farra que se termina con la salida del sol; me encanta escuchar el silencio mientras mantengo los ojos cerrados a la espera de nada. Mi humor es ligeramente negro, me gusta la moda —sin ser su esclava— aunque el 99,9% del tiempo visto como me da la gana o como mi estado de ánimo me lo dicte, disfruto hacer ejercicio sin que eso implique que soy fistness, puedo comer comida vegetariana, pero me encanta un bistec con puré de papas; y así podría seguir enumerando muchas características que me hacen ser YO.

Me gusta la persona que soy, la paso muy bien conmigo misma —aunque me tilden de narcisa—, y por supuesto que me encantan compartir con gente que tiene gustos similares a los míos, con las que puedo hablar el mismo idioma. Esto no quiere decir que no me agrade quien tiene gustos diferentes, al contrario, cuando consigo personas con una forma de pensar diferente me encanta intercambiar ideas,  eso representa un reto,  una ventana experiencias desconocidas que pueden aportar a mi vida mucho más de lo que puedo imaginar.

Algunas veces también he querido colonizar a otras personas para que piensen como yo, el resultado no ha sido bueno. En mi intento por querer que la gente mire el mundo como yo lo miro he perdido el cariño de amigos, potenciales amigos y algunos familiares; ellos se han sentido coaccionados para ser aceptados por mí, a la larga se cansaron de intentar complacerme sin tener éxito. Eso es realmente frustrante y doloroso, en algún punto de mi vida lo vi como una falta de cariño de su parte, ahora entiendo que no fue así.

He hecho muchas cosas en la vida de las que no me siento orgullosa, y otras de las que presumo incansablemente. Algunas veces me he dejado llevar por otras personas y ha salido bien, y otras oportunidades las cosas se han salido de control y el resultado ha sido desastroso; he aprendido de ambas experiencias y les aseguro que no guardo ningún tipo de rencor hacia esas bienintencionadas personas que en un intento de ayudarme se han dado la tarea de aconsejarme en momentos importantes. Espero que aquellos a quienes he intentado ayudar tampoco me sientan algún sentimiento negativo hacía mí.

No siempre me ha gustado la persona que soy, durante mucho tiempo también intente cambiar para agradar a alguien, y puedo decir que eso es agotador, termina uno frustrado por no llenar las expectativas de otros y las que yo me he creado en mi cabeza. Después de muchos amigos perdidos, de lágrimas y frustraciones; comprendí que las personas son como son, no hay nada que hacer al respecto. Intentar cambiar a alguien es quitarle su esencia, parte de su personalidad, y eso no debemos hacerlo bajo ningún concepto. Si alguien quiere cambiar lo hará en sus tiempos y solo cambiará aquello que considere necesario para su crecimiento como ser humano.

Admiro a las personas que son auténticas, aunque a veces sienta ganas de matarlas. De la misma manera me gusta que me admiren y me quieran por lo que soy, no por lo que esperan que sea. Aprende a ser tú y dejar ser a otros como ellos quieren ser, verás que así el amor y otras cosas fluyen libremente.